La muerte de este joven pudo haberse evitado

POR JUAN F. MATOS.

Esta fue la expresión de un médico del Hospital Morgan de la Capital, en referencia a la muerte del joven, de 20 años, Aquiles Yoel Díaz Rivas, quién fue herido de bala por un cabo policial en Villa Jaragua, atendido en el hospital público de esa localidad y referido al Jaime Mota de Barahona, donde inexplicablemente no fue intervenido quirúrgicamente por el cirujano de turno o cualquier otro de estos especialistas, cuando el padre del fallecido, señor Pastor Díaz Espinosa, le detalló todo el viacrucis que pasó su hijo antes de llegar al referido hospital capitalino, donde expiró a causa de una hemorragia interna, según diagnóstico médico.

Este joven herido llegó con su padre y otros parientes a la sala de emergencias del Jaime Mota a eso de las 3: 15 o 30 minutos de la madrugada del domingo 17 con una herida de bala en la región lumbar derecha, con entrada, sin salida, donde se le tomó una placa, se le dio pase y fue acostado en una cama de una sala del centro de salud en calidad de interno, donde estuvo por casi 15 horas y a la cual en ningún momento hizo acto de presencia el cirujano de turno

Pero el padre del joven, quien ha escuchado por voz de otros las barbaries que comenten algunos criminales (médicos) del centro asistencial, desde las ocho de la mañana comenzó a moverse, junto a este periodista, debajo del cual se levantó y entablaron grandes amistades, para que su vástago fuera referido al hospital Morgan y a pesar de los esfuerzos que realizaron ambos en tal sentido, no se logró nada positivo porque una enfermera de turno decía y repetía que el paciente no podía ser movido de allí porque era el cirujano Durán que tenía que darle de alta, y cuando se hablada con otro galeno, constetaba que el caso no era de su competencia.

Yo estuve allí desde que el herido llegó al hospital, porque su padre me avisó de antemano por la vía telefóncica (celular) de que iba en camino para el Jaime Mota, porque lo que procedí a esperarlo allí, y sinceramente en las 14 horas y pico que estuve allí, a la sala donde estaba recluido el herido no se presentó ningún cirujano y el que quiera demostrar lo contrario, puede llamarme ante el doctor Gilberto Suero Cavallo, para comprobarselo.

Mientras el tiempo transcurrría, el paciente iba empeorando y fue a eso de las 4 de la tarde que entró la enfermera a la sala y dijo más o menos de esta manera: " el cirujano Durán le mandó a decír conmingo que ya este paciente está dado de alta, porque la bala donde está alojada, no representa peligroso alguno para él" de su cuerpo". Mientras el muchacho estaba muy mal.

Pasado unos 10 minutos de las 4, llegó un joven galeno a la sala, quien al enterarse de la situación y viendo con sus ojos que el joven se estaba desmejorando más y más, procedió a referirlo al Morgan, donde lo internaron, y donde momentos después falleció, tras quejarse de un terrible dolor y que no podía orinar. Ya tenía el vientre un poco crecido, mientras vomitaba una sustancia de color entre verde-amarilla.

Dice el padre del joven que otro médico del Morgan manifestó "Este joven murió porque culpa del cirujano que no lo operó en el Jaime Mota. Si lo hubierra hecho, el muchacho estuviera vivo, por lo que ese galeno es el responsable de este deceso".

Según los galenos presentes en la sala del morgan donde fue recluido el joven, prácticamente este antes de llegar a este hospital ya estaba muerto, lo que pasa es que era una persona de una contextura física muy fuerte y casi no se le obsevaban signos de gravedad.

No soy médico y no se nada de medicina, pero puedo afirmar que si a este joven lo hubieran operado en Barahona a tiempo, o referido a la Capital en las primeras horas de la mañana como era el afán de su padre, de seguro, pero muy seguro que estuviera con vida, pero lamentablemente no lo está por culpa de un ser sin sentimientos humanos.

Los familiares del difunto responsabilizan al galeno de apellido o nombre Durán, como lo identificó una enfermera, y a quien ni siquiera conocen de cara por el momento, según han relatado, por lo que no descartan proceder judicialmente contra él y el Jaime Mota.

Como miembro de la sociedad, creó que una acción de este tipo, al menos debe ser investigada, porque este joven estuviera con vida de no ser por esta negligencia médica.

En esto hay cuatro cosas muy graves; primera, el cirujano durante casi 15 horas no se presentó a la sala donde estaba el interno, segunda; no lo operó; tercera; le dio de alta que no la mandaba por boca de una enfermera, cosa que no procedía, y cuarta, no lo refirió a la Capital.

Sinceramente, no conozco a este médico ni siquiera de cara, ya que no pasó por mi vista desde que el herido fue conducido al Jaime Mota, ni en la sala de la segunda planta del edificio, donde este estaba interno. ¿Doctor Suero Cavallo, usted cree que es justo que una persona, como la de este caso, muera porque a un médico del Jaime Mota le venga en ganas?.

¿Por qué será que cuando los médicos hacen una huelga en demanda de reinvindicaciones, no reciben el apoyo de los sectores populares, que son la mayoría en este país?.--- Porque muchos de ellos tratan a los pacientes como animales y le da lo mismo que estos mueran abandonados en las salas de emergencias y de internamientos de los hospitales.

Concluyo este comentario, señalando que en el Jaime Mota, aparte de los asesinos, hay galenos buenos que son muy queridos por el pueblo, porque dan buen trato a sus pacientes y luchan por salvar la vida de estos en momentos críticos

NOTA: ESTE TEMA CONTINUARÁ

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