Curemos nuestro Cólera.

POR DAVID VOLQUEZ ROMAN.

Hoy, la epidemia de cólera bacteriana que asalta al vecino Haití, tiene presencia en nuestro país.

Tenemos dentro de nosotros el cólera emocional, sentimiento negativo, que obnublina la razón, sumergiéndonos en no usar adecuadamente nuestro cerebro.
El cólera nos impide escuchar, pensar, comprender y analizar con objetividad nuestra realidad.

El hombre colérico descansa en su aislamiento, se cree por encima de los hombros de toda la sociedad, es una “palma sola” , la vanidad, la exhibición, el orgullo donde los ecosistemas de vida, desaparecen de su alrededor.

La sociedad nacional y en particular nuestra región Enriquillo, en vías de extinción las cascadas de ecosistemas de la Hoya del lago Enriquillo, demanda que el tejido social sano bueno, resplandezca sobre el lado opaco de nuestros sentimientos.

Los graves conflictos que enfrentan individuos, comunidades colectivas, a veces por ignorancia, arrogancia.

Cuando proyectamos nuestro cólera emocional a otro ser humano, se produce un deterioro de nuestra propia imagen, muchas veces descansa en miedo, culpabilidad, carencia, duda, esta pasión negativa provoca locura en general, al secarse la ira vemos sus frutos venenosos para todos.

En estos momentos, los coléricos debemos abrir los oídos y cerrar nuestros labios, demos la oportunidad que la palabra suave amorosa germine dando crecimiento a las mejores causas. Dejemos atrás el orgullo, la vanidad, la arrogancia.

 Descubramos la verdad, recompongamos nuestro tejido social, paralizando la embolia individual que se convertirá en huracán social.

Hoy puede ser un gran día, cambiemos el terror que se cierne sobre los pueblos de Cabral, Cachón, Barahona y otras comunidades.

Los encuentros cargados de violencia que se escenificaron el miércoles 03/11/2010 en las comunidades y autoridades municipales de Mena, Uvilla y Tamayo y otros luchando por la preservación de sus bienes materiales, culturales, históricos, a un río Yaque del Sur, cuyas aguas de inundación corren a lo que coja el bon, en tierra firme, cuando debían ir a la bahía de Neyba, en el Mar Caribe, para reciclarse.

La violencia individual, asciende hasta lo familiar y da paso a la violencia social, impidiéndonos hermanarnos en una organización, capaz de superar nuestras miserias.

Los acontecimientos acaecidos ayer 24/11/2010 en Cabral y Cachón concatenados con otros precedentes, demanden de nuestros coterráneos, una sinergia que saque nuestros instintos al sol y los ventilemos, y si algo nos sale mal; no desesperemos, busquemos el camino del entendimiento. Evitemos la profundización de los conflictos entre Cabral, Cachón y Barahona.

 Todos tenemos vínculos, amistosos, sociales, culturales, económicos, familiares.

La yuxtaposición en que hace comunión el cólera bacteriano y emocional destruirá el poco desarrollo social logrado, parémoslos de cuajo  y hagamos un camino empedrado y rellenado con las acciones de sus mejores hijos.

Hoy es el gran día, comencemos con las palabras suaves y pacificadoras que necesita nuestra región, para entrar en el camino y la ruta del desarrollo.

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