Año Nuevo con traje viejo.

POR DAVID VOLQUEZ R.

Cortejado por un día de mucha carburación, tratando de descubrir la verdad, la implacable verdad que devela  mi existencia terrenal, mostrando las heridas que los afectos no dejan cerrar, pese a tener el cayo, que permite  seguir viviendo con los 5 sentidos y un chín más, a mis 60 años y que según Tía Marina, a sus 98 años se le engranoja la piel al relatar sus vivencias.

Cada día como este suelo, solo reflexionar sobre lo pasado y lo por venir. En ese devenir, estacionado en mi memoria análoga, la de los sentimientos, de la voz, del sonido, gusto, táctil, olores, vista y el sexto, de las ideas, ideales y la concreción de ésta en la sociedad y la cultura, toman vigencia los recuerdos y los hechos lacerantes de nuestra candidez. Morfeando profundamente,  cuando el cerebro desconecta la percepción y la acción, me trae a la conciencia el sonar del tambor y la guitarra, entra en acción la canción “La masa”, de Silvio Rodríguez.

Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte
si no creyera que en el monte
se esconda el trino y la pavura.
Si no creyera en la balanza
en la razón del equilibrio
si no creyera en el delirio
si no creyera en la esperanza.
Si no creyera en lo que agencio
si no creyera en mi camino
si no creyera en mi sonido 
si no creyera en mi silencio.

que cosa fuera
que cosa fuera la masa sin cantera
un amasijo hecho de cuerdas y tendones
un revoltijo de carne con madera
un instrumento sin mejores resplandores
que lucecitas montadas para escena
que cosa fuera -corazón- que cosa fuera
que cosa fuera la masa sin cantera
un testaferro del traidor de los aplausos
un servidor de pasado en copa nueva
un eternizador de dioses del ocaso
jubilo hervido con trapo y lentejuela
que cosa fuera -corazón- que cosa fuera
que cosa fuera la masa sin cantera
que cosa fuera -corazón- que cosa fuera
que cosa fuera la maza sin cantera.
Si no creyera en lo más duro
si no creyera en el deseo
si no creyera en lo que creo
si no ceyera en algo puro.
Si no creyera en cada herida
si no creyera en la que ronde
si no creyera en lo que esconde
hacerse hermano de la vida.
Si no creyera en quien me escucha
si no creyera en lo que duele
si no creyera en lo que queda
si no creyera en lo que lucha.
Que cosa fuera...


La temática es confirmada a las 7 y 15, en el parque central y el malecón de Barahona, cientos de jóvenes de 15 a 30 años embriagados, con pares de aretes en las orejas, descalzos, con recortadas estampadas de  estrellas, gorras al revés, pantalones en mostrando los glúteos y otros símbolos indescifrables. Los gestos y  ademanes denotaban la alta ingesta de alcohol y otros betunes.

Al inicial el relato, una llamada silenciosa que sin decir nada, dice tanto.
 
Esa palma sola es el producto que nuestra clase dirigente, nos hemos comido el tejido social, un deportista, un profesional, un comerciante, un religioso, un político se le alaba por el dinero amasado y no por su aporte a la sociedad.

El autor es ingeniero agrónomo.

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